CRISTIAN HERRERA DALMAU, JAUME CLOTET Y LLUC BAÑOS SISTEMAS DE (AUTO)REFERENCIA
Volver sobre uno mismo, observarse y autoreferenciarse constantemente. Repetir una misma maniobra hasta que se vuelve redundante, hasta
que pierde su sentido o adopta uno nuevo. Buscar todas las maneras posibles para explorar una idea, ahondar en su polisemia, analizarla desde todos sus puntos de vista.
Cristian Herrera Dalmau, Jaume Clotet y Lluc Baños exploran en la exposición Sistemas de (auto)referencia sobre la autorreferencialidad
y la redundancia a través de un conjunto de nuevas obras que han realizado para Art Nou, en un proceso de trabajo conjunto y de retroalimentación mutua.
El concepto de autorreferencia remite a la cuestión de la reflexividad; un concepto que no tan sólo implica una noción exclusivamente lógica sino
que también conlleva el cuestionamiento de la identidad y del principio de no-contradicción. La autoreferencia se basa en un esquema autoescópico de re-aplicación. El sujeto se mira a sí mismo, como en un espejo, y se incluye en la propia obra. Se trata también de un recurso dentro
de la estructura de la propia obra en la que ésta se pliega sobre sí misma, generando un sistema de referencias internas que se citan y condicionan.
Se genera un orden propio, autosuficiente y autónomo. Un sistema endogámico en el que el todo adquiere un nuevo sentido por la relación, la suma
y la acumulación de sus elementos.
38/50, la propuesta de Cristian Herrera Dalmau (Barcelona, 1988), nos habla de los conceptos de serie, variación y originalidad a través
de una sucesión de acciones distanciadas temporalmente, cada una implícita en la siguiente, surgidas en un diálogo cerrado entre dos personajes.
Tres momentos distanciados por tres años. 1 - El 16 de agosto de 2014 durante la travesía de ascenso a la cima de una montaña, A y B deciden acampar antes de la etapa final. A decide tomar la primera de las fotografías de la instalación. 2 - En 2015 A regala a B un jersey en el que
ha estampado la fotografía. Pero se trata de un jersey seriado: la captura de un recuerdo singular ha pasado a convertirse en un objeto serializado
y producto de consumo. 3 - Tres años más tarde B decide buscar la misma localización en la que fue tomada la fotografía, y realizar la misma fotografía substituyendo la tienda de campaña por su cuerpo enterrado hasta media cintura, vestido con el jersey (1 + 2) en un acto que catarsis
con el que se cerrar el círculo de acciones para volver a empezar, al mismo tiempo que devuelve el objeto serializado a su unicidad original poniendo de nuevo en contacto referente y signo. La obra conlleva un desplazamiento espacio-temporal que implica una reflexión sobreel paso del tiempo,
la memoria, el cambio, así como de la repetición en tanto que expresión de resignificación de un acontecimiento.
Como contrapunto a esta instalación, al otro lado de la pared, el vídeo Bandera relaciona este nuevo trabajo con otro realizado meses antes. En ambas obras surgen motivos recurrentes que ha repetido a lo largo de su trayectoria: paisaje, cuerpo, la relación objeto-sujeto, acciones sencillas, gestos poéticos sin ningún resultado definitivo, que también remiten al uso del tiempo no productivo en un contexto histórico obsesionado
por la producción. Ante esto, Herrera propone la repetición como un proceso inacabado de revisión y reconsideración.
En Make a mosquito in a place full of mosquitoes de Jaume Clotet (Manresa, 1994) somos testigos de la realización de una acción construida
por medio de un gesto redundante en sí mismo.
El trabajo de Clotet se interesa por explorar como nuestra relación con las nuevas lógicas de la imagen virtual condicionan nuestra experiencia física y real, sobre todo en entornos de ocio y relacionados con el consumo. Sus vídeos ofrecen narrativas cerradas en sí mismas, dónde el acto y el método son el eje central: efectos visuales simples reiterados que condicionan la acción de los personajes, creando loops en cadena, imágenes dentro
de otras, recortes y reflejos-espejo para distorsionar y jugar con las convenciones cinematográficas tradicionales.
Para este nuevo trabajo Clotet realiza un paréntesis en sus formas y temas habituales no exenta de ese latente uso de lo absurdo y del humor
que caracteriza el resto de su producción. En este caso la acción se basa en la realización de un acto sin motivo ni importancia aparente realizado
en un entorno “hostil”; un ademán nimio que adquiere tintes de ritual con el que reflexiona sobre el entorno artístico, el papel del artista y el objeto del arte. Como artista joven y ante un contexto artístico en el que se valoran las propuestas conceptual y formalmente sólidas, Clotet reivindica
el infructuoso hacer por hacer, para poder salir del miedo al riesgo que puede paralizar cualquier tentativa. A la vez, ironiza sobre
uno de los principios que también ha regido la tradición de la acción artística del “máximo esfuerzo, mínimo resultado” y la posición del artista como sujeto en constante sacrificio y punto de mira.
El que veus, el que podria ser, el que és de Lluc Baños (Barcelona, 1985) ahonda en los sistemas de representación a través de su interés
por los instrumentos de medición. La paradoja redundante surge en tanto que se trata de instrumentos de medicióne lo que es un instrumento
de medición más o menos preciso: nuestro sistema de visión.
La instalación de Baños, formada por un audio y dos esculturas (una que reproduce instrumental de oftalmología para la medir la agudeza visual
y otra que es un esquema de abstracción de la miopía), opera en el espacio intermedio que se crea fruto de la relación que establece el espectador que enfrenta dichos objetos y trata de descifrarlos. Su obra se construye sobre la decodificación de signos, formatos y materiales, como si se tratase de un lenguaje, con el que ofrece una visión escópica sobre el acto de ver, representar y conocer. Los sistemas de medición y su evolución están estrechamente ligados a la forma en la que representamos el mundo y nombramos lo conocido. Pese a estar vinculados a los descubrimientos científicos y sus ulteriores evoluciones, no dejan de ser una representación y, como tal, imagen de una realidad condicionada por los tiempos,
las tecnologías, pero también las ideologías y creencias. Así, por ejemplo, el mapa no es nunca el territorio: es tan sólo un reflejo siempre incompleto, una síntesis y esquema. Lo interesante es también ser consciente de que la visualización que estos sistemas de medición ayudan a configurar sobre aquello que conocemos define, a su vez, nuestra manera de percibir y entender el mundo.
No es más fácil describir el mundo por medio de las palabras…Un audio recoge la conversación privada entre A y D de la que afloran consideraciones subjetivas en torno a los conceptos medida, filtro, centro, control y corrección entre otros, cerrando la lectura de la obra al mismo tiempo
que abriéndola a nuevas interpretaciones.
Beatriz Escudero
que pierde su sentido o adopta uno nuevo. Buscar todas las maneras posibles para explorar una idea, ahondar en su polisemia, analizarla desde todos sus puntos de vista.
Cristian Herrera Dalmau, Jaume Clotet y Lluc Baños exploran en la exposición Sistemas de (auto)referencia sobre la autorreferencialidad
y la redundancia a través de un conjunto de nuevas obras que han realizado para Art Nou, en un proceso de trabajo conjunto y de retroalimentación mutua.
El concepto de autorreferencia remite a la cuestión de la reflexividad; un concepto que no tan sólo implica una noción exclusivamente lógica sino
que también conlleva el cuestionamiento de la identidad y del principio de no-contradicción. La autoreferencia se basa en un esquema autoescópico de re-aplicación. El sujeto se mira a sí mismo, como en un espejo, y se incluye en la propia obra. Se trata también de un recurso dentro
de la estructura de la propia obra en la que ésta se pliega sobre sí misma, generando un sistema de referencias internas que se citan y condicionan.
Se genera un orden propio, autosuficiente y autónomo. Un sistema endogámico en el que el todo adquiere un nuevo sentido por la relación, la suma
y la acumulación de sus elementos.
38/50, la propuesta de Cristian Herrera Dalmau (Barcelona, 1988), nos habla de los conceptos de serie, variación y originalidad a través
de una sucesión de acciones distanciadas temporalmente, cada una implícita en la siguiente, surgidas en un diálogo cerrado entre dos personajes.
Tres momentos distanciados por tres años. 1 - El 16 de agosto de 2014 durante la travesía de ascenso a la cima de una montaña, A y B deciden acampar antes de la etapa final. A decide tomar la primera de las fotografías de la instalación. 2 - En 2015 A regala a B un jersey en el que
ha estampado la fotografía. Pero se trata de un jersey seriado: la captura de un recuerdo singular ha pasado a convertirse en un objeto serializado
y producto de consumo. 3 - Tres años más tarde B decide buscar la misma localización en la que fue tomada la fotografía, y realizar la misma fotografía substituyendo la tienda de campaña por su cuerpo enterrado hasta media cintura, vestido con el jersey (1 + 2) en un acto que catarsis
con el que se cerrar el círculo de acciones para volver a empezar, al mismo tiempo que devuelve el objeto serializado a su unicidad original poniendo de nuevo en contacto referente y signo. La obra conlleva un desplazamiento espacio-temporal que implica una reflexión sobreel paso del tiempo,
la memoria, el cambio, así como de la repetición en tanto que expresión de resignificación de un acontecimiento.
Como contrapunto a esta instalación, al otro lado de la pared, el vídeo Bandera relaciona este nuevo trabajo con otro realizado meses antes. En ambas obras surgen motivos recurrentes que ha repetido a lo largo de su trayectoria: paisaje, cuerpo, la relación objeto-sujeto, acciones sencillas, gestos poéticos sin ningún resultado definitivo, que también remiten al uso del tiempo no productivo en un contexto histórico obsesionado
por la producción. Ante esto, Herrera propone la repetición como un proceso inacabado de revisión y reconsideración.
En Make a mosquito in a place full of mosquitoes de Jaume Clotet (Manresa, 1994) somos testigos de la realización de una acción construida
por medio de un gesto redundante en sí mismo.
El trabajo de Clotet se interesa por explorar como nuestra relación con las nuevas lógicas de la imagen virtual condicionan nuestra experiencia física y real, sobre todo en entornos de ocio y relacionados con el consumo. Sus vídeos ofrecen narrativas cerradas en sí mismas, dónde el acto y el método son el eje central: efectos visuales simples reiterados que condicionan la acción de los personajes, creando loops en cadena, imágenes dentro
de otras, recortes y reflejos-espejo para distorsionar y jugar con las convenciones cinematográficas tradicionales.
Para este nuevo trabajo Clotet realiza un paréntesis en sus formas y temas habituales no exenta de ese latente uso de lo absurdo y del humor
que caracteriza el resto de su producción. En este caso la acción se basa en la realización de un acto sin motivo ni importancia aparente realizado
en un entorno “hostil”; un ademán nimio que adquiere tintes de ritual con el que reflexiona sobre el entorno artístico, el papel del artista y el objeto del arte. Como artista joven y ante un contexto artístico en el que se valoran las propuestas conceptual y formalmente sólidas, Clotet reivindica
el infructuoso hacer por hacer, para poder salir del miedo al riesgo que puede paralizar cualquier tentativa. A la vez, ironiza sobre
uno de los principios que también ha regido la tradición de la acción artística del “máximo esfuerzo, mínimo resultado” y la posición del artista como sujeto en constante sacrificio y punto de mira.
El que veus, el que podria ser, el que és de Lluc Baños (Barcelona, 1985) ahonda en los sistemas de representación a través de su interés
por los instrumentos de medición. La paradoja redundante surge en tanto que se trata de instrumentos de medicióne lo que es un instrumento
de medición más o menos preciso: nuestro sistema de visión.
La instalación de Baños, formada por un audio y dos esculturas (una que reproduce instrumental de oftalmología para la medir la agudeza visual
y otra que es un esquema de abstracción de la miopía), opera en el espacio intermedio que se crea fruto de la relación que establece el espectador que enfrenta dichos objetos y trata de descifrarlos. Su obra se construye sobre la decodificación de signos, formatos y materiales, como si se tratase de un lenguaje, con el que ofrece una visión escópica sobre el acto de ver, representar y conocer. Los sistemas de medición y su evolución están estrechamente ligados a la forma en la que representamos el mundo y nombramos lo conocido. Pese a estar vinculados a los descubrimientos científicos y sus ulteriores evoluciones, no dejan de ser una representación y, como tal, imagen de una realidad condicionada por los tiempos,
las tecnologías, pero también las ideologías y creencias. Así, por ejemplo, el mapa no es nunca el territorio: es tan sólo un reflejo siempre incompleto, una síntesis y esquema. Lo interesante es también ser consciente de que la visualización que estos sistemas de medición ayudan a configurar sobre aquello que conocemos define, a su vez, nuestra manera de percibir y entender el mundo.
No es más fácil describir el mundo por medio de las palabras…Un audio recoge la conversación privada entre A y D de la que afloran consideraciones subjetivas en torno a los conceptos medida, filtro, centro, control y corrección entre otros, cerrando la lectura de la obra al mismo tiempo
que abriéndola a nuevas interpretaciones.
Beatriz Escudero