HEIKO MÜLLER FURTIVOS 26.10 / 08.12.2012
Crecí en una familia muy orgullosa de sus tradiciones alemanas. Mi vida diaria se regía por algunas reglas. Hacíamos siempre tres comidas al día, tenía que ir a la cama a las 20h (excepto cuando había algún partido importante de nuestro equipo nacional de fútbol) y los domingos por la tarde solíamos ver la televisión. Las películas nacionales de los 50' eran las que más nos gustaban. Las historias de estas películas solían tener lugar en hermosos paisajes de montaña. El protagonista era un curtido hombre del campo y su amada, una chica de mejillas sonrosadas con falda acampanada. Y luego estaban los malos, fácilmente reconocibles por su aspecto dejado y sus greñas. Estos villanos eran por lo general furtivos o ladrones y, por si eso no fuera suficiente, ¡querían coquetear con la chica del protagonista!. Al final todo terminaba en una pelea sobre un puente de cuerda o junto a un profundo abismo. Por supuesto el protagonista siempre ganaba y así el mundo aparecía como un lugar perfecto y limpio, tal como nos gustaba a nosotros. En definitiva, para mí estas películas eran la representación de un mundo sano y seguro donde los malos no tenían ninguna oportunidad. Hoy no puedo entender por qué me gustaban estas películas. El protagonista me parece básicamente una especie de nazi machista y arrogante escondido tras una la máscara de benefactor, y veo más que razonables los motivos que llevaban a los malos a cometer sus delitos. En este sentido, toda la historia se me aparece ahora como un escenario terrorífico. El punto culminante era una pelea extremadamente brutal donde se maltrataban unos a otros con porras o cualquier otra herramienta de tortura. Al final, el malo de la película caía en el abismo y cínicamente todo el mundo era feliz. ¿Por qué me gustaban tanto estas películas? ¿Por qué me parecía un mundo ideal? No lo sé. En cualquier caso, estoy contento de mirar más allá de esa fachada. En mis dibujos trato de mostrar mi versión de estas películas. El resultado es una especie de “basura-patriótica-de terror en blanco y negro...” ..................................................................................................... Mi trabajo nace del deseo de explorar. Me encanta el campo, disfruto de unas buenas vistas pero cuando estoy delante de un bello paisaje siempre siento la necesidad de averiguar qué se esconde tras esta primera mirada a la naturaleza, su cara oculta, los secretos códigos que rigen el reino animal. Para expresar todo esto combino la pintura del renacimiento, los iconos religiosos y la cultura del cómic. Me interesa especialmente la pintura de los maestros flamencos, y trato de trasladar sus características atmósferas de tenebrista espiritualidad al sereno y cándido mundo rural. |