MARC VIVES ES QUE AHORA NO PUEDO 10.04 / 18.05.2018
En el transcurso del mes de marzo previo a la muestra, el artista llevó a cabo una serie de ejercicios físicos de enfrentamiento con el reverso
de la montaña de Montjuïc, provocando un giro introspectivo en sus modos de hacer, donde la montaña ocupa un lugar alegórico.
La intervención que Marc Vives presentó en la galería podía verse desde el exterior, como si de un escaparate se tratara. Una vez en el interior,
en la parte más privada de la galería, quedaban al descubierto distintos utensilios con los que el artista, de hecho, siguió trabajando.
Dado el carácter íntimo de la propuesta, se establecieron semanalmente una serie de visitas en las que Vives recibía a grupos reducidos
para introducirles en el proceso de gestación de la exposición y dedicar a cada asistente una performance privada.
de la montaña de Montjuïc, provocando un giro introspectivo en sus modos de hacer, donde la montaña ocupa un lugar alegórico.
La intervención que Marc Vives presentó en la galería podía verse desde el exterior, como si de un escaparate se tratara. Una vez en el interior,
en la parte más privada de la galería, quedaban al descubierto distintos utensilios con los que el artista, de hecho, siguió trabajando.
Dado el carácter íntimo de la propuesta, se establecieron semanalmente una serie de visitas en las que Vives recibía a grupos reducidos
para introducirles en el proceso de gestación de la exposición y dedicar a cada asistente una performance privada.
During the month of March, before the exhibition, the artist carried out a series of physical exercises to confront the reverse of the Montjuïc mountain, which caused an introspective turn in his ways of doing, where the mountain takes an allegorical place.
The intervention that the artist shared at the gallery, could be seen from the exterior as if it was a showcase. Once inside, in the most private area
of the gallery, were exposed some different objects with which the artist, in fact, kept working.
Due to the intimate nature of the proposal, there were a programmed series of visits in which Marc Vives welcomed reduced groups of people
to introduce them into the creation progress of the exhibition and dedicate a private performance to each attendee.
The intervention that the artist shared at the gallery, could be seen from the exterior as if it was a showcase. Once inside, in the most private area
of the gallery, were exposed some different objects with which the artist, in fact, kept working.
Due to the intimate nature of the proposal, there were a programmed series of visits in which Marc Vives welcomed reduced groups of people
to introduce them into the creation progress of the exhibition and dedicate a private performance to each attendee.